Redamancia: El amor que todos buscamos.

¿Qué es el amor? ¿Cómo se siente amar y ser amado? ¿Existe el amor verdadero, el amor perfecto, el amor ideal? Hay una palabra que quizás pueda acercarnos a la esencia del amor: redamancia.

La redamancia es el acto de amar a quien te ama; un amor totalmente correspondido. Es un amor recíproco, compartido, que se nutre de la mutua admiración, respeto, confianza y pasión. La redamancia no es algo que se pueda aprender de un libro de texto. No hay una sola manera correcta de amar a alguien a cambio. Es un arte, una práctica, una experiencia.

La redamancia es también un concepto poco conocido, que proviene del latín redamō, que significa "retribuir el amor". La palabra fue acuñada por el escritor inglés Francis Quarles en el siglo XVII, y luego popularizada por el poeta estadounidense Richard Brautigan en el siglo XX. Sin embargo, la idea es tan antigua como el propio amor, y ha sido expresada por diferentes culturas, lenguas y autores a lo largo de la historia.

Por ejemplo, en la mitología griega, se dice que Zeus y Hera eran el ejemplo de la redamancia, ya que se amaban con igual intensidad y fidelidad, a pesar de sus conflictos y aventuras. En la literatura, podemos encontrar ejemplos de redamancia en obras como Romeo y Julieta de William Shakespeare, Orgullo y prejuicio de Jane Austen, Cumbres borrascosas de Emily Brontë, o El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez. En la música, podemos escuchar canciones que celebran la redamancia, como I Will Always Love You de Whitney Houston, All of Me de John Legend, Perfect de Ed Sheeran, o Te quiero de Ricardo Arjona.

La redamancia es el amor que todos buscamos, el que nos hace felices, que nos completa y que nos hace crecer. Es el amor que nos inspira, que nos motiva y que nos da sentido. Es el amor que nos cura, que nos salva y que nos libera.

Pero la redamancia no es solo un sentimiento, sino también una acción. Implica demostrar el amor con hechos, con gestos, con palabras, cuidar al otro, apoyarlo y comprenderlo. Es respetar al otro, aceptarlo, valorarlo. La redamancia implica comunicarse, escuchar, aprender, disfrutar y soñar con el otro.

La redamancia no es fácil, ni tampoco imposible, requiere esfuerzo, compromiso, paciencia, tolerancia, generosidad, humildad, honestidad, lealtad, confianza, pasión. No es un estado permanente, sino un proceso dinámico, que se renueva y se fortalece con el tiempo. No es una utopía, sino una realidad, que se vive y se celebra cada día.

La redamancia es el amor que todos buscamos, y que todos merecemos, lo que nos hace humanos, es el amor que nos hace vivir.