Gatos negros, la buena y la mala suerte.
Los gatos negros son a menudo asociados con la mala suerte, el mal de ojo y la brujería en muchas culturas. Sin embargo, hay un grupo de personas que tiene una visión muy diferente de estos felinos: los francocanadienses. Ellos son los descendientes de los colonos franceses que llegaron a Canadá entre los siglos XVII y XVIII. Hoy en día, forman una importante minoría lingüística y cultural en el país, especialmente en la provincia de Quebec.
Según una antigua tradición, los francocanadienses creen que los gatos negros son portadores de buena suerte y prosperidad. Se dice que tener un gato negro en casa atrae el dinero, el amor y la salud. Además, se considera que acariciar a un gato negro antes de salir de viaje asegura un regreso feliz y sin contratiempos. ¿De dónde viene esta creencia tan peculiar? Algunos historiadores sugieren que se remonta a la época de la Nueva Francia, cuando los gatos negros eran escasos y valorados por su capacidad de cazar ratones y otras alimañas. Otros apuntan a la influencia de las leyendas celtas y nórdicas, que atribuían poderes mágicos y protectores a los gatos negros.
Lo cierto es que los francocanadienses no son los únicos que ven el lado positivo de los gatos negros. Otras culturas, como la japonesa, la egipcia o la británica, también les han otorgado un significado favorable. Por ejemplo, en Japón se cree que los gatos negros atraen a los pretendientes, en Egipto se les veneraba como dioses y en el Reino Unido se les regala a las novias como símbolo de buena fortuna. Así que la próxima vez que veas un gato negro, no te asustes ni lo evites. Tal vez sea una oportunidad de recibir un poco de suerte de parte de los francocanadienses. Y si tienes la suerte de tener uno en casa, no olvides darle un buen abrazo y agradecerle por todo lo bueno que te trae.
